Estos trabajos han sido realizados por los alumnos de 4º de ESO que cursan la materia de Cultura Clásica.
Siempre que la muerte lo permitía, el funeral comenzaba en la casa del difunto. La familia acompañaba al moribundo a su lecho para darle el último beso y retener así el alma que se escapaba por su boca. Tras el fallecimiento se le cerraban los ojos y se le llamaba tres veces por su nombre para comprobar que realmente había muerto. A continuación se lavaba el cuerpo se le perfumaba con ungüentos y se le vestía. Los lujos estaban prohibidos por ley pero permitían colocar sobre la cabeza del difunto las coronas que había recibido en vida. Siguiendo la costumbre griega se depositaba junto al cadáver una moneda para que Caronte transportara su alma en barca y atravesar así la laguna Estigia hacia el reino de los muertos. Finalmente el cuerpo del difunto se colocaba sobre una litera con los pies hacia la puerta de entrada, rodeado de flores, símbolo de la fragilidad de la vida y se quemaban perfumes. Según la condición social permanecía expuesto de tres a siete días.
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