ES EL PLANETARIO PORTÁTIL DE HACE MÁS DE 2.000 AÑOS?
El mecanismo o computadora de Anticitera es la
calculadora mecánica más antigua y de más exquisita precisión encontrada
nunca desde la antigüedad hasta la Edad Media, diseñada para el cálculo de la
posición del Sol, la luna, y algunos planetas en cualquier día del año,
permitiendo predecir eclipses. Fue descubierto en los restos de un naufragio en
el año 1901 cerca de la isla griega de Anticitera y se cree que data de los
años 150-100 a Xto. La cartografía de precisión probablemente se estancó más de
16 siglos al perderse el
conocimiento que permitía crear dispositivos mecánicos tan precisos. En la
actualidad es considerado el primer ordenador mecánico de la historia, siendo
un instrumento de sofistificación sin precedentes en la antigüedad.
Se
trata de un mecanismo que mide 33 cm de altura por 17 cm de anchura y 9 cm de
grosor, hecho en bronce que estaría montado dentro de una caja de madera. Tenía
una inscripción de 3.000 caracteres que nos enseñaría como manejar el
instrumento y como usar las observaciones obtenidas.
El
dispositivo tiene un nivel de miniaturización y complejidad, que sólo es
comparable al de los relojes del siglo XVIII. Se cree que el artilugio poseía
más de 30 engranajes y, mediante distintos punteros, al introducir una fecha
mediante una manivela, mostraba la posición exacta del sol y de la luna
en el zodíaco, el día del año, puede que también la posición de los planetas
(pues se han encontrado en las inscripciones referencias a Venus o Marte), los
meses y horas a las que se produciría un eclipse (así como de qué tipo
era o si sería o no visible),
cómo corregir por 8 horas la predicción de eclipses en un ciclo de 54 años, el
mes del calendario luni-solar (indicaba qué años tenían 13 meses y cuáles 12,
qué meses tenían 29 días y cuáles 30 y qué día debía ser omitido)… Todo ello,
con gran precisión.
Muestra
de la complejidad de este artilugio era que podía recrear, gracias a un
ingenioso mecanismo, la órbita irregular de la Luna, que hace que unas veces se
mueva en el cielo ligeramente más rápida que otras.
Para el investigador Christián Carlos
Carman, se trata de una “revolución en la historia de la tecnología” y en la
historia de la ciencia, que hace “replantearse la visión que se tiene de los
antiguos griegos. Ellos afirmaban tener un calendario, pero nosotros nunca lo
creímos: el mecanismo de Anticitera es una prueba de que ellos tenían razón”.
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